Quien se ha robado mi corazon - parte 5

¿Quién se ha robado mi corazón? Parte 5

Un pequeño corre tras de un perrito poodle de color blanco, un niño de apenas tres años se divierte mientras sus padrea lo observan sentados en un sillón rojo cuando alguien toca a su puerta, se trata de una jovencita con cabello tipo afro, un atuendo deportivo de color morado, tennis que hacen juego y mientras termina una barra nutritiva le abren
-Hola "Grumosa"- dice Marceline mientras abre la puerta
-¡Hola chica!- dice con gran entusiasmo mientras se limpia la boca con una manga para quitarse el resto de la barra -Por fin podré cuidar al pequeño Ádrian- lo buscaba, cuando dio con él se metió corriendo directamente a abrazarlo -¡Ádrian!-
-¡Hola tía!- dijo el pequeño con gran entusiasmo mientras lo abrazaba cariñosamente, Marceline y Finn se abrazaban muy contentos
-Te lo encargo mucho chica-
-¡Váyanse sin preocupaciones, que yo me quedo con este nene hermoso!- lo abrazaba fuertemente, la pareja sonrió y se dirigieron a la puerta -¡Pasen un buen aniversario!- se fueron a la puerta para despedirlos -Diles que se diviertan Ádrian-
-¡Adiós mami, adiós papi! ¡Diviértanse mucho!- con una mano se despedía muy contento, Marceline se acercó para darle un beso
-Cuídate mucho mi pequeño-
-Y cuida de tu tía- Finn le mencionó
-¡Oye!- replicaba molesta mientras colocaba una mano en su cintura, la pareja sonrió y comenzó su andar

Marceline tomaba el brazo de su amado, él iba muy sonriente sosteniendo con la mano contraria su mano, a pesar que el lugar al que llegarían estaba un poco apartado tenían aún tiempo para llegar. Marceline llevaba un vestido corto de color negro, una chalina de encaje transporte color gris y unos zapatos con un tacón corto; en tanto, Finn vestía un traje de negro, una camisa de un tono carmín y una corbata a tono del traje, haciéndolo ver muy elegante. Alrededor de 20 minutos fueron necesarios para que llegaran a su destino: un gran y lujoso restaurant ubicado justamente en lo que antes era una gran plaza comercial. A la entrada fueron recibidos cordialmente por el capitán de los meseros, un hombre alto y delgado, donde lo predominante era su tés amarilla y una nariz alargada
-Muy buenas noches tengan ¿Tienen reservación?- preguntó
-Buenas noches- saludó Finn -Así es, está al nombre de Finn M. Abadeer- Marceline agachó levemente su cabeza y esbozó una sonrisa al escuchar el nombre
-Un momento por favor- buscaba el nombre -Correcto, aquí está: mesa para dos personas. Pasen por aquí por favor- tomó dos cartas y los dirigió hasta una mesa ubicada justo en el centro del lugar; la pareja veía el lugar, todo decorado en tonos rojos contrastante con los muebles de caoba, manteles elegantes de tonos oscuros y mesas circulares, así como una iluminación tenue hacían de aquel lugar algo muy distinto; a pesar de lo grande del lugar todas las mesas se encontraban ocupadas, la gente volteaba a mirar a la pareja de una manera particular, se sorprendían al verlos pasar entre las mesas, ambos muy elegantes, Marceline se robaba las miradas de los hombres, mientras Finn hacía lo mismo pero de las mujeres, a pesar de lo incomodo que pudiera parecer, para ellos era algo divertido de un modo curioso -Tomen asiento por favor- les indicó, así lo hicieron, les dieron las cartas -En un momento vengo para tomar su orden- sirvió en dos copas un poco de agua y se alejó de ahí
-Jamás había estado en un lugar así- Marceline dio un vistazo muy discreto, sonrió de manera un tanto burlona -Me podría acostumbrar a esto-
-Tampoco antes había venido a un lugar así, sería algo lindo poder venir más seguido-
-Ay Finn- le tomó una mano entre las suyas -Sabes que esto no es mi estilo, además, no diré que no es elegante, al contrario, pero siento que no encajo aquí- miraba alrededor, las miradas que en ambos se posaban se hicieron desentendidas, ambos sonrieron
-Es algo raro tener todas las miradas, pero el día en que desees venir, dímelo ¿Está bien?- tomó aquella mano y le regaló un beso
-Claro que sí cariño- sus mejillas se ruborizaron un poco pero sonreía con mayor felicidad -Ahora...- tomó la carta -¿Qué ordenaremos?-
-No lo sé- miraba los platillos que en el lugar se ofrecían -Ros...bif... ¿Rosbif?-
-Es una manera elegante de decir carne asada- rio un poco -Es una carne muy suave con un marinado especial que la hace jugosa
-¡Eso suena muy sabroso! Yo pediré eso ¿Y tú Marcy?-
-Yo pediré pot roast, es igual un corte de carne selecto, muy suave, es lo que pedía cuando mi papá me llevaba a cenar de pequeña, decía que era el favorito de mamá- sonrió con in dejo de tristeza por la memoria que había llegado
-Marcy...- tomó una de sus manos y la volvió a besar -Es muy lindo que recuerdes a tu familia-
-¿Tú mamá tenía alguna comida que le gustara?-
-Déjame pensar...le gustaba mucho hacernos tostadas francesas, me gustaban mucho también, no sé cómo las preparaba pero le quedaban deliciosas- se saboreó sutilmente
-De acuerdo- sonrió -Tal vez Jake tenga la receta, me gustaría probarlas en alguna ocasión-
-Le preguntaré, te lo prometo-
-¿Desean ordenar?- llego nuevamente el mesero
-Sí, gracias. Quisiéramos ordenar pot roast para ella y rosbif para mí, si fuera tan amable-
-¿Desean algo de beber para acompañar sus platillos?-
-Una botella de vino tinto por favor- Marceline se adelantó a su marido
-Muy bien- apuntaba la orden en una pequeña libreta -¿Desean algo más?- la pareja se vio un instante
-Por el momento no, gracias- contestó Finn
-Muy bien, en un momento traigo su orden- se alejó de la mesa
-¿Vino tinto Marcy?-
-Mi padre decía que es lo mejor para acompañar un buen corte de carne,  quisiera ver sí es verdad-
-Algo nuevo por descubrir-

La pareja notó que en el fondo del lugar, para amenizar la velada, se encontraba una dama muy elegante en un gran vestido de noche color azul cielo y una larga cabellera decolorada hasta un tono blanco
-Toca muy bien- habló ella
-Sí, realmente suena muy agradable- ambos quedaron en silencio unos momentos, un tanto pensativos
-¿Recuerdas cuando nos conocimos Finn?-
-¡Como olvidarlo! Fue algo muy inesperado-
-No pensé que todo pasara tan rápido, desde que te vi frente a esa máquina y me llevaste a comer helado mi vida cambió por completo y para bien sin duda alguna-
-¿Sabes? No imaginé que podría hablarte, es decir, soy alguien que no habla mucho con la gente, pero algo me impulsó a saludarte-
- Y desde ahí muchas cosas pasaron, desde que tuvieron que cambiar su establecimiento hasta...-
-Nuestro primer beso- se ruborizaron un poco
-Y de ahí pasamos muchas otras cosas más, nuestro primer mes como novios, nuestra primera salida en familia- pensó
-Si fue una salida familiar, ahí conocí a tu padre, y a tu papá adoptivo ¡Por cierto! ¿No has hablado con Simon?-
-Sí, ayer me hizo una llamada para felicitarnos por nuestro aniversario, aunque olvidó que era hoy- sonrió
-Pero fue un lindo gesto de su parte, es alguien muy agradable-
-Cierto- suspiró -Aunque estaría mejor sí Betty aún estuviera con él-
-Lo sé- ambos bajaron la mirada un momento
-¿Recuerdas cuando nos visitó Phoebe y Flama? Eso sí fue extraño- dijo para quitar la melancolía que comenzaba a surgir
-¡Cómo olvidarlo! Ni siquiera reconocí a Phoebe, pero hacen una buena pareja-
-Y se casan la próxima semana-
-Finalmente, parece que Flama le huía-ambos rieron -Eso me recuerda a nuestra boda-

Flashback
Todo se encuentra listo para una ceremonia de bodas, un gran patio ha sido adornado de una manera muy particular, no se trata de los comunes adornos con flores blancas y detalles en negro, todo está decorado en negro con tonos rojos y azules, flores rojas con pequeños moños negros, el altar está adornado con un gran arco de naturaleza muerta verde y florecillas en tonos azules y rojos. Marceline terminaba de ponerse su vestido, para la ocasión eligió un vestido que le llegaba arriba de la rodilla, por la parte inferior se encontraba rasgado, de una tonalidad negra opaca, lleva unos grabados en hilado negro brillante y un tocado en rojo, su cabello es sostenido por un adorno con flores rojizas y azules, lleva un velo de tela negra transparente y unos zapatos de tacón alto
-Sostén el ramo un momento- Bonnie le decía a su mejor amiga, quería dar el último vistazo
-Creo que ha quedado perfecto- decía Lady muy feliz
-Te ve muy linda Marceline- Betty la adulaba
-Solo falta un pequeño detalle- la señora Trunks le abría una pequeña caja, dentro de ella ve mostraba una linda liga de encaje gris oscuro
-¡Esperen!- la novia se alarmó -¿Es eso necesario?-
-¡Claro que es necesario!- Betty aclamó -Una novia no está completa sin la liga, es la tradición-
-Levanta tu pierna amiga- Lady le colocó la liga, miró el resultado -¡Quedó perfecta!-
-Chicas, no creo que deba llevar esto-
-Lo debes hacer cariño- habló delicadamente la señora Trunks -Es parte del atuendo. Y no solamente eso- se dirigió detrás de ella y utilizando un banco le colocó una gargantilla de plata y listón de seda negro -Debes llevar algo nuevo-
-Algo prestado- dijo Lady mientras le colocaba un reloj muy delicado de color morado
-Y algo regalado- Betty le colocó una tiara plateada con pequeños cristales que destellaban en azul con el contacto a la luz
-¿Enserio qué es tradición todo esto?- preguntaba algo incómoda
-Debe de ser perfecto todo, tal vez sea parte de una superstición pero ¿Para qué arriesgarnos?- Bonnie le guiñó el ojo
-Supongo que si- suspiró dándose por vencida a lo que le decían
-Señoritas- entró un joven bajito con su característico traje azul y cabello pintado perfectamente peinado en la habitación -El padre ha llegado-
-¡Es la hora chicas!- una jovencita rechoncha empujó al joven, fue directo con la novia y comenzó a empujarla -¡Vamos, vamos, no queremos llegar tarde a tu boda!-
-¡GRUMOSA!- gritó Marceline desesperada mientras caminaba a la fuerza, todas rieron mientras caminaban por detrás de ellas

En el altar Finn estaba en compañía de su hermano, el novio llevaba un elegante traje en un tono azul cielo, una camisa blanca y su corbata con distintas tonalidades de azul, un pequeño ramillete de flores secas le adornaba su saco
-Hermanito, por fin te nos casas- Jake le acomodaba la corbata
-Estoy nervioso bro- decía mientras jalaba un poco el cuello de su camisa
-¡Cómo no vas a estarlo! Después de todo sólo te casas una vez en la vida...bueno, no siempre... ¡Ya sabes a lo que me refiero!-
-¡Ay Jake!-
-¿Qué tú? Bueno, pero es la verdad, el verdadero amor toca a tu puerta solamente una vez en toda tu vida-
-Es lo que mamá siempre nos decía- ambos tuvieron aquel recuerdo de su madre pronunciando aquellas palabras
-Y así como a mi vida llegó Lady...- voltearon discretamente a verla, sentada en la primer fila y a lado a sus hijos -A la tuya llegó Marceline ¡Y estoy seguro que serán muy felices!-
-Buenas días ¿Usted es el novio?- un anciano de tés oscura y cabello blanco les saludaba muy amablemente, se colocó justo detrás del altar
-¿Eh? Así es, buenos días volteó Finn-
-Yo soy el Sr. Mo y será todo un placer el oficiar esta boda- le extendió la mano al igual que a Jake -Y parece que llegué justo a tiempo-
-Bueno hermanito, voy a tomar mi violín, ya no debe tardar esto- se colocó a lado del altar, el padre colocaba todos sus instrumentos a utilizar para la celebración

Había muchos invitados, entre ellos se encontraban los antiguos miembros de las Reinas de los Gritos, algunas amistades de Marceline, otras más de Finn, algunos compañeros de trabajo, una pequeña reunión pero estaba la gente que debía estar. No pasó mucho tiempo para que Jake comenzará a tocar una versión a violín del Ave María, todos voltearon hacía atrás para ver a la novia, Finn, un poco más nervioso, acomodaba fervientemente su traje, aunque todo se encontraba en orden, él sentía que no era así. La música continuaba, Finn sabía que su prometida iba ya en camino, ya estando cerca volteó a verla, de manera inmediata su rostro se enrojeció, todo el lugar había desaparecido a su vista, solamente se encontraba en su campo de visión Marceline, le parecía por demás hermosa, una especie de ser angelical que iba directamente hacía él
-Cierra la boca cariño, se te va a meter una mosca- la jovencita le pronuncia mientras sonreía al ver a su aún prometido boquiabierto
-¿Qué?- salió de sus pensamientos lo más rápido que pudo reaccionar, los presentes le miraron y rieron por esto mismo, realmente fue una escena para recordar
-¿Estamos todos listos?- la pareja asintió -Muy bien, entonces comencemos con la ceremonia-

El Sr. Mo hablaba sobre la unión de dos seres, pasó el sermón y unas palabras más; Jake y Lady fueron los padrinos de lazo y anillos, Bonni y su actual pareja, un amigo entrañable de Marceline,  le entregaron las arras. Todo continuaba con normalidad, todos estaban muy contentos
-Y es así como la celebración llega a su final, les pido que le den un aplauso a la nueva pareja- todo el mundo se levantó de su lugar y fervientemente aplaudían, todo era regocijo, la pareja se veía y se regalaron un beso para la fotografía del recuerdo, así también pasaron con los padrinos y los invitados.
(Fin del flashback)

-Lamento la demora...- aquel camarero arribaba -Aquí están sus platillos- a ambos les dieron sus platillos correspondientes mientras les servían en dos copas lustrosas y transparentes su bebida -Que lo disfruten, sí necesitan algo más solo llámenme-
-Muchas gracias- mencionó Finn, ambos meseros se fueron de su mesa Realmente es algo lujoso esto- miraba sorprendido ambos platillos
-Deberíamos salir más seguido, incluso traer a nuestro pequeño Ádrian-
-Claro que sí,  para la próxima vendremos con él ¡Buen provecho!
-Bueno provecho cariño- ambos comenzaron a degustar su comida, Finn fue el primero en dar un bocado a su comida
-Esto está... ¡Delicioso!-
-Creo que te ha gustado mucho-
-¡Demasiado!- corto un trozo de carne -Mira prueba- le pasó el bocado, ella lo aceptó delicadamente
-¡Vaya! Sí que está delicioso- la gente los miraba, no había ningún otra mesa degustando de la manera en que ellos lo hacían, la pareja se extrañó un poco pero no tomaron importancia, aunque sí se apenaron un poco
-¡Ejem!- se aclaró la garganta para romper el hielo causado -¿Y tú platillo cómo está?- Marceline tomó un bocado
-Muy rico también- tomó un trozó y se lo pasó -Di ahhh...- de esta manera recibió la porción
-Está muy bueno, muy jugoso-

Ambos continuaron disfrutando de su lujosa cena, la música de fondo había cesado, en su lugar se colocaban más instrumentos, aparentemente un grupo iba a amenizar la noche. La pareja había terminado su cena, mientras un mesero les recogía sus platos, el otro les servía otra copa de vino, así como les hacía entrega de una rebanada de postre: un pastel cubierto con betún blanco, decorado con trozos de chocolate y un color de pan muy peculiar; en tanto un joven muy elegante de un cabello rojizo se había colocado al frente del piano, comenzaba a hablar por un micrófono
-Muy buenas noches a todos los presentes. Les agradezco que hayan asistido el día de hoy a su restaurant “Dolce”, yo soy su anfitrión y dueño del lugar, G. Gumball, un apellido extraño pero es la más grande herencia que me dejaron mis padres- sonrió, los presentes rieron por el pequeño chascarrillo -Como parte de los viernes de salón, les traemos un grupo recién formado por maravillosos artistas de talla internacional, por favor, denle un aplauso a “Elis Tragedy”- todo el mundo aplaudió, detrás del joven salía un grupo formado por 5 personas, uno tomó su lugar en el piano, uno más se dirigió a un chelo, una señorita tomó una guitarra acústica, el más joven de ellos tomó un requinto, y la quinta integrante tomó el micrófono
-Buenas noches a todos y gracias por haber venido el día de  hoy, la pista está lista para quienes quieran acompañar con el baile, esperemos disfruten de esta velada- fue así que comenzaron a tocar una balada
-Ha estado muy rica la cena, gracias Finn por este maravilloso momento-
-Gracias a ti amor...- le tomó ambas manos para besarlas -Por todo este tiempo que ha transcurrido y has estado conmigo, no cambiaría ni un solo momento vivido a tú lado-
-Eres tan dulce. Brindo por nosotros...- tomó su copa -Porque nuestro amor perdure a pesar del paso del tiempo, porque sigas siendo tú, porque sigas amándome como lo haces-
-Y porque cada día seamos más unidos que el día anterior- ambos chocaron sus copas y tomaron un trago, su felicidad era inmensa, los presentes aplaudieron, la primera canción había finalizado
-Gracias. La siguiente pieza es la adaptación de una canción con una bella letra, esperemos les sea de su agrado- el piano comenzó a sonar

La pareja se miró muy alegre al reconocer la canción, Finn se levantó de su asiento, se dirigió directamente al lugar de su amada, le extendió la mano para invitarla a bailar, a lo cual ella aceptó muy gustosa, se dirigieron a la pista, comenzaron así a bailar, un vaivén lento pero muy seguro, la gente los miraba nuevamente, una pareja muy singular, y sumergidos en aquel baile les hacía los únicos en la pista
-¿Recuerdas está canción Finn?-
-No podría olvidarla ni en un millón de años mí reina-

Flashback
Todos los presentes en la boda escuchaban las palabras que Jake le dedicaba a la nueva pareja en el brindis, estaba muy emocionado, era a tal grado que ya comenzaba a llorar
-Y sé que mi hermanito va a hacer muy feliz a Marcline, es un chico muy bueno- pronunciaba mientras limpiaba sus ojos con su mano y respingaba la nariz -Y Marceline va a hacer muy feliz a mi hermanito, después de todo lo eligió a pesar de que esté todo menso- comenzó a llorar con mayor sentimiento, Lady le hizo una seña, indicándole que ya hiciera el brindis -¡Y pues salud a todos que venimos aquí a divertirnos! ¡POR LOS NOVIOS! ¡Si señor!-
-¡Por los novios!- todos brindaron, la pareja cruzó su brazo para brindar así, al terminar Finn se levantó de su asiento, todos se silenciaron
-Primero, muchas gracias a todos por haber venido, no hay nada mejor que compartir el suceso más grande de la vida con los seres queridos, amigos y familiares- miró a Marceline -Te quiero agradecer por haberme dejado entrar en tu vida, ser parte de ella y haberme regalado lo más valioso que tengo en esta vida: tu amor- a todos les pareció tierno, Marceline se sonrojó -Lo dirán muchas personas, pero eres todo lo que yo necesito para continuar viviendo, soy la persona más afortunada de todo el universo ¡Te amo Marceline!- ella se levantó de su lugar y lo besó
-¡SALUD POR LOS NOVIOS!- gritó Jake, todos le siguieron con el mismo grito
-¡Y ahora es momento del primer baile como esposos!- Keila habló por el micrófono, comenzando así con una de las canción favoritas de su amiga Marceline
-¡Esos chicos!- Marceline sonrió
-No conozco esa canción- Marceline se levantó de su lugar e invitó a Finn a bailar, ambos salieron al centro de las mesas, lugar reservado para el baile, Keila comenzó a cantar

Perfect Love
Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace
Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace

I never thought that I could find
Someone like you and still
I feel the union of souls

I never thought that I could find
A love so perfect and still
I'm here in your arms
La pareja llevaba una perfecta sincronía con la canción, los presentes los observaban con gran alegría, algunos tomaban fotos, otros video, querían preservar el momento

Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace
Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace

I never thought that I could find
Peace of mind and still
I'm staying with you

I never thought that I could find
A lust so devouring and still
I'm caught in this passion
-Te amo Finn, nunca tengas duda alguna de lo que siento por ti. Y está canción es de mis favoritas, hasta no hace mucho tiempo supe que era perfecta para tí y para mí- se recargó en su hombro, Finn quedó estupefacto ante la declaración de su esposa, sintió una gran alegría, las palabras se le borraron de la mente

I never thought that I could find
All I was searching and still
I found you

Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace
Peel off my skin, make me helpless
Taste my body
Let me die in your sweet embrace

Perfect love, you are my perfect love
Perfect love, you are my perfect love

La canción terminó, todos les aplaudieran, la felicidad fue mayor para la pareja, entre los aplausos y las felicitaciones inició oficialmente el baile
Fin del flashback

La pareja siguió bailando en silencio hasta el final de la canción, Finn recargó a Marceline en uno de sus brazos al terminar la canción, la gente les aplaudió, nadie más se había levantado a la danza, estaban muy emocionados por ver a esta pareja singular bailar. Ambos voltearon a ver al público y regresaron apenados a su mesa, los demás continuaban aplaudiendo
-Qué pena- dijo Marceline mientras tomaba asiento
-Eso fue algo muy inesperado-
-Gracias a la pareja que accedió a bailar- todos voltearon a verlos nuevamente y aplaudirles, Finn levantó una mano en señal de agradecimiento, aunque estaba más avergonzado –La siguiente canción es de igual una adaptación de una canción muy linda, probablemente alguno la habrá escuchado antes, espero que así sea y que disfruten nuestra interpretación, Say My Name- el público aplaudió
-¿Quieres bailar?-
-No Finn, esperemos a la siguiente pieza, aún estoy un poco abochornada- voltearon a ver a la pista, dos parejas se encontraban ya bailando, tres más se animaban y se levantaban de sus lugares para hacer lo mismo –Es un alivio que la gente comience a bailar-
-Disculpen la molestia- el señor Gumball se había acercado hasta la pareja, ambos voltearon -Es usted Marceline, la ex-cantante de las Reinas del Grito ¿Cierto?-
-¿Perdón? ¡Oh, sí! Si lo soy- dijo extrañada pero contenta de que alguien la hubiera reconocido, Finn sonrió por la misma razón
-¡Créame que es todo un honor tenerla esta noche en mi pequeño restaurante!- le tomó una mano para saludarla, después lo hizo con Finn -¿A qué debemos este privilegio?-  miró a Finn esperando su respuesta
-Pues, es nuestro aniversario y quisimos celebrarlo aquí-
-¡Eso es maravilloso! Siéntanse en la confianza de pedir lo que ustedes gusten, estamos para servirles-
-Muchas gracias- respondieron ambos
-Y quisiera pedirle un favor- se dirigió a ella –En lo que sea posible-
-Dígame-
-Quisiera ver si nos honraría con su maravillosa voz en una canción con nuestra agrupación invitada-
-Yo…- dijo dudosa, maravillada y apenada
-¡Claro! Siempre y cuando no tenga algún inconveniente-
-Ve Marcy- le daba ánimos -Hace tiempo que no lo haces- sonreía, ella lo miraba, aquella sonrisa le hacía siempre feliz, guardaba muchas ocasiones muy especiales entre ambos
-La canción que usted desee, solo hay que indicarle al grupo para ver si la conocen-
-Tengo en mente una y creo que si la sabrán-
-Me acompaña por favor-
-Aguarda aquí cariño- le guiñó un ojo y siguió al joven, Finn sonreía

La segunda canción había llegado a su fin, la gente regresaba a sus lugares mientras eran ovacionados por su participación
-Veo que se han animado a bailar, y que les haya gustado la canción- detrás de la cortina le hacían señas –Permítanme un momento por favor en lo que preparamos la siguiente canción- fue hasta la cortina
-Lamentarás la interrupción, te presento: ella es…-
-Marceline, de las Reinas del Grito- interrumpió la oración, se emocionó al verla -¡Sabía que eras tú! Creeme, soy tu gran admiradora- le tomaba las manos y las movía sin cesar
-Muchas gracias- respondía
-La traje para que nos interpretara una canción-
-¡Cómo decirle que no! ¡Claro que sí! ¿Qué canción te gustaría cantar?-
-¿De casualidad conoces está?- se acercó a susurrarle
-Es una de mis preferidas, deja avisarle a los chicos y presentarte al público, supongo que lleva dedicatoria-
-Sí- sonrió
-¿Cómo no podría serlo celebrando su aniversario?- sonrió
-Una noche especial, eso quiere decir que con quien vienes es tu esposo-
-Así es, y la canción no la conoce, pero creo que le va a gustar- todos sonrieron Muchas gracias, y gracias a usted señor G.-
-Para nada, gracias a usted por haber aceptado mi invitación- la jovencita se dirigió a los integrantes, les mencionó la canción que tocarían y quien la interpretaría, para suerte de Marceline todos conocían la melodía, y la conocían a ella por lo que se animaron aún más
-Ya estamos listos para la siguiente canción- habló por el micrófono –Pero no va a  ser mi interpretación, sino de alguien a quien admiro y la razón por la que me inicié en el mundo de la música- esto causó el interés de la gente –Sin mayor demora, quiero que reciban con un fuerte aplauso a ¡Marceline, de las Reinos del Grito!- muchos de los comensales la conocían por lo que se pusieron de pie a ovacionarla, entre ellos Finn; Marceline salía de la cortina, caminaba muy segura, la jovencita le cedió el lugar, las luces se hicieron tenues en todo el lugar, dejando solamente iluminación para ella
-Buenas noches a todos, gracias por su recibimiento. Aunque ya muchos me vieron en la pista, ahora me encuentro aquí, y es todo un honor que me hayan pedido el interpretar una canción. Y quisiera que esta melodía fuera algo que se recuerde, no sólo por todos ustedes, sino por mi esposo, Finn- voltearon a verlo, un reflector lo iluminó, saludo sutilmente –Está canción es muy poco conocida, pero espero que les guste, dice algunas cosas que sonaran un poco abrasivas para algunos, pero tiene un gran sentimiento- volteó a ver a los músicos -Comenzamos en tres, dos, uno- así comenzaba la interpretación

Lo Que Dicen en las Pelis
Quiero que me digas lo que dicen en las pelis
Y que me desarropes y parecerte la más sexy
Quiero que me traigas un corazón salvaje
Y escuchemos a Elvis y que al final no muera nadie

Y quiero que te quedes y quiero que me digas
“Que suerte haber nacido, para tenerte encima”
Y quiero que de noche por fin se haga de día
Cuando llegas y me abrazas es la octava puta maravilla

Y quiero comprendernos, oír lo que tú miras
Que tu vida me importa lo mismo que mi vida
Mi corazón tu aguja, ya solo soy tu mía
Bailemos otro twist, la sangre ya está limpia

Y quiero que te quedes y quiero que me digas
“Que suerte haber nacido, para tenerte encima”
Y quiero que de noche por fin se haga de día
Cuando llegas y me abrazas es la octava puta maravilla

Y quiero que te quedes y quiero que me digas
“Que suerte haber nacido, para tenerte encima”
Y quiero que de noche por fin se haga de día
Cuando llegas y me abrazas es la octava puta maravilla

Quiero que me digas lo que dicen en las pelis
Y que me desarropes y no pare de sonar
No pare de sonar, no pare de sonar
Elvis…
-Gracias- las luces se degradaron hasta quedar todo a oscuras

Finn quedó fascinado por la canción, la gente maravillada por la interpretación, no hubo persona que se quedara sentada, las luces fueron rendidas, fue todo un gran éxito escucharla, todo el mundo la ovacionaba, inclusive hubo quien chiflara por la emoción, ella agradecía con un movimiento de su cabeza mientras bajaba del escenario y se dirigía hasta su lugar
-¡Ella fue Marceline!- dijo la jovencita muy entusiasmada por el micrófono –Muchas gracias por habernos deleitado con esa maravillosa canción-
-Marceline ¡Que maravillosa canción!- decía su marido con gran gozo
-¿Sí te gustó cariño?-
-Me ha fascinado- se levantó de su lugar hasta el de ella, se arrodilló, tomó su mano derecha y la besó con delicadeza, a la gente le pareció algo muy tierno el gesto, hubo quien golpeara a su pareja por no tener esa clase de gestos hacía ellas –Gracias por estar a mi lado y por dejarme ser parte de ti-
-Las cosas no se agradecen cuando son de corazón, y mucho menos cuando se trata del amor- se acercó a besarle la frente
-¿Se les ofrece algo más a los invitados del señor G.?- aquel mesero se acercó muy cortésmente, Finn se levantó de su lugar
-Solo la cuenta por favor- Marceline fue quien habló
-¿No quieres algo más?-
-Sí- se acercó a su oído para hablarle muy tiernamente –Pero es algo que no se puede pedir- Finn sintió un escalofrió recorriéndole su cuerpo
-Enseguida se la traigo-
-Para estas horas Ádrian debe de estar durmiendo ya- Finn miró su reloj
-Y no dudo que Grumosa esté igual- rieron sutilmente
-Aquí tienen- les presentó una cartera forrada en negro y dentro un pequeño papel donde se había escrito su pedido y con letras rojas cruzando toda la cuenta la palabra “Pagado”
-Pero no he pagado la cuenta- replicó Finn
-Son las indicaciones del señor G., solamente sigo sus órdenes-
-Es muy amable de su parte, pero es algo que no puedo aceptarlo-
-En verdad que no es nada- se acercó el señor G. a hablar con ellos –Después de la participación  que muy amablemente nos hizo es lo menos que puedo hacer. Solo quisiera pedirle un favor, tómenlo como el pago de su cuenta sí así lo desean-
-¿De qué se trata?-
-¿Me permitiría tomar una foto instantánea y que la firmara?-
-Claro que sí, no hay ningún problema- la pareja no había visto que el mesero llevaba una cámara de fotografías instantáneas, Gumball y Marceline se colocaron para la foto, después de algunos minutos pudo firmarla
–Muchas gracias y vuelvan cuando quieran, siempre van a ser muy bien recibidos- le dio la mano a ambos en señal de agradecimiento

La pareja, aunque no tan convencida, salió del lugar, la gente los despedía con un movimiento de cabeza, había sido una velada muy agradable para ambos. Caminaban a un paso tranquilo, ella lo abrazaba por un brazo, él, por su parte, recargaba su cabeza en la de ella, era una caminata muy alegre para ambos. Tardaron un poco más en llegar a su hogar; Finn fue quien abrió la puerta con sumo cuidado, por sí sus sospechas de que estuvieran durmiendo su hijo y quien le cuidaba, no vieron a nadie en la sala, por lo que se dirigieron al cuarto del pequeño, Marceline abrió la puerta con delicadeza
-Shhh- les indicó Grumosa –Ádrian está dormido- se levantaba de una silla que tenía a un lado de la cama –Estuvimos jugando, lo bañé y cenamos, él quedó muy cansado, corrió por toda la casa ¡Es todo un angelito!-
-Muchas gracias por cuidarlo chica-
-Cuando quieras- los tres se dirigieron a la sala, Finn cerró la puerta de su hijo –Me encanta cuidar a mi sobrinito. Y ahora me voy-
-¿Te pido un taxy?-
-No, vine en mi auto ¡Finalmente pude comprarlo! Así ya no tengo que pedirle el auto a mis padres- se dirigió a la salida –Feliz aniversario para ambos, y pongan el seguro a su puerta, solo por sí acaso- sonrió
-¡GRUMOSA!-
-¡Ay, bueno! No tiene nada de malo, solo es precaución- se subió a su auto, bajó el vidrio –Nos vemos chica, adiós Finn-
-Hasta luego, y gracias otra vez- cerró la puerta de su hogar
-Oye Marcy-
-¿Qué ocurre amor?-
-¿Qué es lo que me dijiste que no se podía pedir en el restaurante?-
-Ya lo dijo Grumosa. Sígueme y lo averiguaras tigre- camino unos pasos frente a su marido, lo tomó de una mano y lo dirigió hasta su cuarto.

La noche seguía su camino mientras dos amantes demoraban su paso en tanto mostraban el uno al otro la máxima expresión de amor entre dos personas.